martes, 13 de agosto de 2019

EL PERDÓN


(Fragmento del artículo de 1916 "Los Niños de Albany").

     Nosotros no sabemos leer ni sabemos correr tras el dólar hasta reventar o hacernos millonarios. No sabemos unas cuantas cosas que para afear y entristecer la vida saben y practican nuestros señores los americanos. Sabemos muy poco, es verdad, sabemos muy poquita cosa, muy poquita cosa. Ni siquiera hemos inventado el automóvil Ford, ¡tan indispensable a la felicidad humana! Sabemos, sin embargo, perdonar. Y como el perdón necesita de la compasión, y la compasión necesita de la comprensión, y esta facultad de comprender necesita a su vez de la lenta y laboriosa decantación espiritual de una cultura que contribuyeron a formar siglos y más siglos ¿qué podemos hacer, así pobres y humildes como somos, sino pedir a los dioses, con un poco de orgullo, que se apiaden de nuestros señores los americanos, y que, a cambio de hacerles olvidar muchas de las innumerables cosas que han aprendido para complicar y ensombrecer inútilmente la vida, les madure, depure y refine el espíritu de tal modo, que sin necesidad de ir a la escuela ni a la iglesia, sepan esa cosa sencilla y profunda que saben nuestros analfabetos?: perdonar, esto es, compadecer, esto es, comprender. Cuando sepan esta sencilla, pero profunda y formidable cosa que se llama comprender, ya quizás no tendrán la extraordinaria agilidad juvenil con que persiguen hoy millones e inventan aparatos de mecánica; ya quizás no harán progresar tan velozmente sus industrias, sus casas, sus ciudades, sus muebles, sus zapatos, sus ropas; pero habrán progresado ellos mismos, esto es, tendrán una sensibilidad más aguda, una cerebración más intensa, y una visión más certera, más amplia y más profunda de la vida... y al orgullo infantil de haber inventado el automóvil Ford y otras zarandajas de ferretería, sucederá un nuevo sentimiento de humanidad.

Publicado en el blog nemesiorcanales
Compartido por Osvaldo Rivera

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