Las estrellas puede que nos sorprendan algún día,
nos darán su mano en el cielo azul,
duplicarán su escenografía,
anunciarán con gigantescas letras la palabra amor.
No existen las mentiras,
los niños son grandes imitadores,
son agua transparente, clara, inmaculada.
Ellos nos llenan de gozo,
esos besos que desprenden con cariño,
sus sentimientos verdaderos, puros.
Este abrazo que me diste,
es palomita blanca
que quería ser de colores,
su piel Azucena.
No me busques fuera,
he aquí la dicha, entendí,
al sentir nietecito mío, tu gran abrazo.
Soplará la brisa de la esperanza,
despertarás el perfume de la primavera,
mi niño, nietecito querido.
Llegarás a ser un gran hombre,
vivir con amor siendo respetuoso.
No te resignes a la suerte,
fortaleza y empeño has de tener,
confía en ti mismo,
que tus raíces crezcan fuertes.
Ojos de cielo, mirada clara,
de ternura tu rostro llena.
Tu voz es dulce y cálida,
alegrías en nuestras vidas
eres ángel.
Como hoja perenne has de ser,
que jamás ha de caer.
Hombre sencillo, de humilde corazón.
Así has de crecer en un mañana.
Mi nieto, nietecito mío.
Montse Andreu -España-
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