"Hay un momento extraño,
apenas sin saber cómo ha llegado,
en que todo se rompe
el ídolo se cae del pedestal
y ocupa su lugar
en el mundo que habitan los mortales".
Ana Montojo.
Los días se siguen los unos a los otros pero en nada se parecen; cada uno escribe su propia historia.
Sucede que a veces una persona se siente respetada, querida y ensalzada, flotando en lo más alto y de pronto, sin mediar aviso, el reloj del tiempo se detiene un momento y quien momentos antes era un dios para sus amig@s, aparece como un ser normal, con todas sus virtudes y máscaras.
Y para eso es suficiente con un desliz, una palabra a destiempo, divulgar cosas íntimas o unirse a tus enemigos. Cosas estas que por sí solas no rompen la relación, pero la debilita: ya nunca será de la misma calidad ni fortaleza que antes, porque el dios que adorábamos se ha revelado como un mortal cualquiera.
JUAN PAN GARCÍA -Puerto de Santa María-
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