sábado, 10 de agosto de 2019

METÁFORA DEL CAMINANTE


De voz resbaladiza
el cascabel prisionero
de tanto rodar desde
la montaña hasta el estuario
donde como arena seguirás trotando.
A fuerza de violencia hicieron
de ti liviano guijarro a la vera
del río, tu piel pulimentada, casi
ovoide, conformas ahora el pedregal,
concierto de colores y durezas.
Tus ancestros se pierden
después del latido y a bocanadas
erupcionadas en los cráteres, fuiste
compacta montaña, imponente cadena
de cimas altivas, rasgabas el firmamento.
El tiempo inmemorial, la intemperie,
los vientos, los días, las noches, los siglos
fueron resquebrajando al orgulloso
bloque, sin duda el agua fue fatal,
si ayer te humedeció; hoy te arrastra.
En el cauce sinuoso del transcurrir
entonan dulces y extrañas melodías
esos que taladran hasta el mismo corazón
de basalto o pedernal ¡oh! binomio de la vida
piedra y agua, meta final del caminante.

Orlando Ordóñez Santos

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