miércoles, 2 de agosto de 2017

PECADO O PREJUICIO.


La brisa del oscuro silencio
desgaja las voces polícromas de la medianoche,
los campanarios inscriben burdos epigramas
en las murallas de los amores robados.
Los deseos despliegan sus alas,
encienden las farolas de la pasión,
me guían entre las empedradas
calles de mi somnolienta ciudad.
Pecado o prejuicio, no lo se,
la infidelidad teje sus misterios
en el brocal de los pozos del deseo
para saciar la sed del instinto.
Si el sexo es amor,
mis pies ansias tienen de amar.
Pecado o prejuicio, no lo sé.
La noche, conmigo se prostituye.

Gumersindo Tun Ku (México)
Publicado en la revista Aldaba 33

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