Cerca de Sierra Morena
mi pueblo es blanco y alegre
como ha de ser de mi tierra
todo pueblo que se precie.
En el centro hay una plaza.
Y en la plaza, las farolas
alumbran las noches todas
al caminante que pasa.
Tiene una iglesia mi pueblo
hecha de miel y canela
donde una Virgen de ensueño
asunta al cielo se eleva.
Y una cárcel que aún recuerdo.
Camino abajo… la escuela.
Escuela cárcel, silencio,
donde los chiquillos tiemblan.
Por mi pueblo pasa un río
que de mi tierra es bandera
y otro pequeño y chiquito
que en mi corazón alienta.
Y junto al río… sus riberas.
Soñados senderos verdes
donde mi infancia se pierde
entre los juncos y gredas.
En mi pueblo ves las casas
enjalbegadas por fuera,
enormes copos del alba
donde la nieve no nieva.
Y en sus calles las señoras
de hamacas en las aceras
huelen a jazmín y a rosas,
a azahar y a hierbabuena.
Recuerdos de aquel chiquillo
que en su lejanía tan larga
a su dulce tierra han ido
por los albores del alba.
Oh, tierno cantar que subes
de sus tierras, de sus aguas
y enamorado te hundes
en su alma enamorada.
Profundo canto que embruja
de sus gentes, de sus casas,
y para siempre se anuda
a mi Andalucía del alma.
El mundo en fin de aquel niño
que, por recordar su infancia,
en su entraña ha renacido
con anhelos y esperanzas.
ANTONIO CAPILLA LOMA -Madrid-
Publicado en Luz Cultural
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