sábado, 19 de agosto de 2017

ARCO IRIS


No me esperes
con lágrimas en los ojos,
espérame con los sueños
que forjamos con el corazón.
Cada vez que te acuerdes de mí,
sonríe pensando en lo felices que somos.

Cuando la luna asoma
nos mira a los dos.
En ella veré tu rostro
y tú, verás el mío.

El cielo no se puede separar
como el mar o los continentes,
igual nuestros corazones
no se pueden separar,
porque sellados están...

Con la fragilidad
de los sentimientos,
vamos arropando nuestras almas,
vislumbramos el mañana que soñamos.

Se nos agotan las palabras
quedamos en silencio.
Y en ese silencio, nos miramos en el espejo
solitario de nuestros pensamientos.
Solo el amor se expande por cada habitación,
la palpamos con los sentidos de la razón.

Nos confesamos nuestros pesares,
las tristezas que a diario despiertan,
pero al final de nuestro diálogo
reforzamos los sueños
que nacieron en horas de dolor...

Ya hemos pasado por tanto,
la vida nos golpeó con furia,
pero aún permanecemos de pie,
como los árboles que ven pasar los años.
Nada los doblega, ni siquiera la vejez...

Alena Gaspar -Argentina-

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