NO PIENSES EN ÉL

No pienses en él /
como una huida /
pues nunca ha dejado /
de pronunciar tu nombre,/
él jamás ideó para sí /
como un trofeo que tú eras,/
sino como una bella ilusión/
que el sueño le regaló. /
No cierres los ojos a él, /
y si lo haces, /
guárdate su mirada, / habrá momentos /
que tu conciencia desee verla./
Él no pensó en decirte adiós, /
siempre te tiene a su lado /y te pasea /
sin que tú lo sepas, /
él deseaba no escribir allí/
donde tú lo hicieras. /
Él no cesa de pensar en ti/
pues ya no podría respirar,/
y es que su aire eres tú./
Unas veces eres para él /
un amanecer,/
pero el amanecer ya no es/
cuando tú despiertas /
y dejas de soñar por él;/ vuelves a él en el atardecer, /
mas cuando entre sus brazos /
te sostenía, /
el sol le decía adiós; /
llega la noche /
vestida de tapiz/
pintado de azul ultramar /
y la mirada de él no cesa/ de buscar la estrella/
que obsequiarte /
y bautizarla con tus lágrimas /
y llamarla Poesía. //

Javier Sebastián García De Castro Fdez-Minge