Ella es lentitud, o sigilo
se estriba cerca
y visionaria
enjuga los tiempos
días, horas o simples instantes
nos enseña a saborear
a palpar, a sentir los goznes chirriar
cobijando un idilio con el secreto
o acaso sea el laberinto propio
de quienes aman sin apenas decir
quizás amilanado al acecho de la perfecta secuencia.
Eres, porque te tuteo
el enfebrecer de mis ojuelos
con el latigazo de un sorbo fuerte
aguerrido, en el clamor de una guitarra
o en el cimbreo de una calle abierta
un olor, miscelánea de incienso y azahar
pero sabes quedar la sonrisa puesta
para me pierda, tantas veces
sin menoscabo de hallarte en su candor
igual que un niño querido, mimado, admirado
en cada muesca, en todo bien asido.
Diosa fortuna, tú juegas al azar
tienes dados trucados
y despegas del cuerpo la piel, la huella
esa ornamenta de pasos amigos
que desabotonan a la luna, para sacarle la luz
o versean calle abajo
cuando un saludo es vitoreado
paso a paso, camino las pétreas esquinas
veo los relojes detenidos en la joyería
incluso puede que hasta estuvieran divagando
ensimismando a propios y extraños
ya te sé, ya te conozco, y te agradezco
cada ínfima secuencia regalada a mi ser diminuto
a mi embeleso gratificado.
Hube de palpar la verdad manifiesta
en el regodeo de musas trinas
y seguí libando los oropeles de las flores
igual que una abeja sencilla
porque al fondo del cáliz las sé, las hallo
rizando el rizo, el néctar mismo de mi existir.
Santiago Pablo Romero -Trigueros-
No hay comentarios:
Publicar un comentario