Yo no quiero más luz que la de tu mirada
ardiendo de secretas ansiedades
claridad de lucero en mis mañanas
Eres lo que yo anhelo.
Y vestiré mi cuerpo de pétalos y mi vientre se abrirá en solo rosas.
No quiero más secretos que mi cuerpo en tu nada
Palpitante de brillos como el agua del río.
Porque tengo la gracia de aquellas alboradas
limpidez cuya entraña se hace intensa y redonda.
Y parece latir como flor en tu almohada:
con el tiempo se afirma, con la sangre se ahonda…
No hay más sol que tus ojos ni más piel que mi cuerpo,
que se siente de nácar y dorado se agita,
ni más hueco encantado que el que ofrece tu pecho.
En mi cuerpo y tu cuerpo nace todo y termina.
en tus ansias existo para darte mi vida.
Si puedo refugiarte en mis brazos abiertos
hasta la misma muerte se retrasa y declina.
Y somos uno solo viviendo en estos cuerpos.
unidad de dos almas, de labios y de piel encendida
Somos la misma rama que se aquieta y respira
huecos y cavidades contienen este fuego
con tu gozo acrecientas mi celeste alegría.
Mientras seas mi sol existiré de veras y te tendré de nuevo
Si llegara el ocaso no dejes que me robe lo que forma mi dicha.
Mi entrega es cosa nuestra como este amor es nuestro,
mientras la sombra danza su secreta delicia.
María Itza -Argentina-
No hay comentarios:
Publicar un comentario