En batallas del amor, entregando el alma,
remendando heridas de desengaños y olvidos,
escondiendo tras el aire, lágrimas espesas,
guerrero en amores, derrotado en exilios.
Fue volcán, erupción de dudas, desconfianzas.
Yo, descalzo en brasas rojas, desnudo en nieves,
agonizantes esperanzas por amarte sin limites,
le perturba nuestro eclipse, sol y luna.
En la madurez de los cincuenta, bien vividos,
sumida quitando telarañas de recuerdos,
le duele el alma, la traición, el olvido,
en desiertos, rumiando nombres y besos apagados.
Le acosan los sueños de pasión en la lujuria,
el último beso, aroma de su almohada,
quiere amar, como aman los amantes, sin cordura.
El temor le pudo más... se alejó sin el adiós.
Una linda flor distante, conocía mis emociones en poemas,
sobre su regazo me susurraba, me acariciaba el pelo,
dulce piel de miel, aroma de canela, risa angelical,
seductora, fruta jugosa, flor del desierto, hermosa.
Brotaron yemas de alas a nuestras almas enamoradas,
queríamos robarnos sabores y aromas de los labios,
todos los suspiros, susurros y éxtasis prohibidos,
caprichoso deseo de nuestros sentimientos… solo amarnos.
Peregrino atrapado en su mirada, su voz, su sonrisa,
derribó sin piedad muros troyanos, por quererla,
sin escuchar el tiempo, la distancia, la voz de los luceros
¡solo a ella y solo a ella…le entregaré mi alma para siempre!
Álvaro Álvarez Rojas (APRENDIZ DE POETA ) -Colombia-
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