La misma vida, es Poesía
si rastreamos el germen último
de todo cuanto aún no es posible,
hallaremos, fastuosos versos inconclusos.
Palabra divina,
tilde maternal,
amor ensimismado,
universal, total; poesía palpitante.
Catafalco amargo cuando
danza fúnebre, la ausencia
o galopante desgracia atascada
en las fauces de la angustia.
Candil quebradizo tras la cristalería
de piedras preciosas donde azul
palpita el fuego que ilumina inmortalidad
dándole invalorable costo a la belleza.
Todo lo existente es arquitectura
y melodía poética por más rebelde
o arisco el sentimiento, en la fragua
de inspiración se funde el amor.
Si celebramos a la existencia, mejor sería
darnos el abrazo que derrumban fronteras,
se levante al caído y con suma humildad
profesar la POESÍA por ser la vida misma.
Orlando Ordóñez Santos
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