jueves, 12 de noviembre de 2015
LA CASA MORTAL
Las puertas chirrían,
los escalones crecen.
Sombras en las cortinas,
aliento enmudece.
La lumbre se agita,
al sentir corrientes.
De presencias que frías,
nos transmiten tembleque.
Algo observa y mira,
desde el ala sureste.
En el que todo expira,
oliendo su peste.
Una historia perdida,
entre negras paredes.
Muestran la sangría,
de la mala suerte.
Desde el techo nos grita,
y el suelo siente.
Siglos de horror que vibran,
con otros residentes.
Toda ella se precinta,
la casa retiene.
A nuevas víctimas,
que hallarán la muerte.
Las puertas chirrían,
las escaleras mecen.
Toda sangre vertida,
que en ella, se pierde.
Ricardo Campos Urbaneja.
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