“Alma …/ venas…/cuerpo…/
serán cenizas, mas tendrán sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.” Quevedo
Con el alma engarzada en la angustia del tiempo
desgranando mil preces en mis lucubraciones,
esperé que volvieras con tu amable presencia
en aquella entelequia que cruel me subyugaba.
Mas pasaron las horas cual cuentas de rosario;
en mi férvido anhelo se trisaron mis ansias,
y en el abstruso fondo de mi alma tenebrida
un grito ahogado y sordo se murió en mi emoción.
Yo vi morir mis lirios de aquesa primavera;
hasta mi ocaso umbrío te esperé en mi brocal
sabiendo que la parca señorearía en mi carne.
Los vidrios de mi domo crujieron en derrota.
Mi cofre cinerario dirá tras la flagrancia:
“¡Aquí están mis despojos cansados de esperarte:
¡ Soy ceniza llorosa, mas ceniza de amor!”
Leonora Acuña de Marmolejo
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