Esta noche sin final,
entre el insomnio marcado,
clavos partían el mal
con el fuego desbocado
¡Pétreo es el frío que muerde!
la noche de amor se aflige,
el carmín del labio pierde,
la flor al miedo corrige.
Mil veces podré matarme,
sin agua donde sufrir,
sin la virtud de curarme,
y entre tus brazos huir.
¡Tarda inútil la condena!
Dime : ¿quién habla? ¿Quién grita?
No me deja estar serena,
fiel compañera en la cita.
ISABEL REZMO -Úbeda-
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