Sentiremos el viento,
fuerte sobre la cara.
Oiremos su susurro,
y avanzando, su aullido.
Nos azotará el cuerpo
e intentará volcarnos.
Mas nosotros firmes
rechazaremos siempre
sus durísimos embates.
Y en medio de la vorágine,
en que nos costará avanzar.
Nos preguntaremos:
¿Por qué luchar con fuerza,
contra este viento maldito,
y no hacerlo nunca jamás,
contra algunas tristezas?
Que como hojas caídas,
nos tienen a nosotros,
e intentan arrastrarnos,
arremolinarnos, perdernos.
Y siempre olvidarnos...
en algún camino, perdido,
en algún lugar olvidado.
Sin oposición alguna,
por nuestra parte más anodina,
a su permanencia tenaz,
en nuestras mediocres vidas.
¡Vientos huracanados!
llevaros, muy, muy lejos,
todas las tristes tristezas,
que se instalan en nosotros,
se quedan y nos hacen sufrir.
MARÍA LUISA HERAS VÁZQUEZ -Barcelona-
No hay comentarios:
Publicar un comentario