Tan solo yace
un paupérrimo recuerdo
de “nuestro juramento”.
Aún procuro desmenuzar
las intrincadas causas
que habrían motivado
tu burda perfidia…
El amor
ha sido víctima de un alud
que asfixió sueños
sepultó sentimientos
y frisó mi corazón…
Mi lucha
hoy carece de sentido.
El derrotero de mi existir
encalló
en el cabo de la desesperación…
Y te veo, cuando exultante
me acariciabas
me besabas con pasión
y paseábamos
por las fragancias del éxtasis
Nada queda
de aquella abundancia.
He quedado sepultado…
He quedado destruido
en medio de la destrucción.
JUAN LOPRESTI
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