Mi arcón cierro acariciando mi alma
que despeja con sus alas las cortinas
de aria densa niebla matutina.
suspendida savia de níveo aroma
Pálida luz recorta en la distancia
tal budistas nacientes, las siluetas,
dorados templos seduciendo el alba
con vivo arrebato en Tailandia.
Azulinas aleluyas hondo ondean,
eterna luz fulgura dimensión etérea,
en mantras cánticos místicos ululan
en albo destello angelical flamean.
Sobre pétalos etéreos mi alabanza,
descalzo, en flor de loto, suspendido,
un rumor oigo del mar en caracola
do flotar veo fugaz mi halo a trasluz.
Omar Aburto -México-
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