(in dubia contra reum)
Breve el peldaño
y el respiro breve
hora que horada
y al sombrío mueve
y no hay siglo ni hay año ni nobleza
ni rastro de entereza
tras la venda caída tiembla un ojo
y tras el ojo tiembla la mirada
y acucia la corriente sin marea
la ola de dolor que se aparea
fluye hacia la orilla mancillada
de la encía y la ingle las membranas
y no alcanza la tierra prometida
ni se cierra
como se quiere el cielo sobre el pecho
tarda la ida del pozo al otro pozo
lenta la vida para huir del seso
siega la mano la mano del artero
y hay un infierno detrás de los infiernos.
Por el amigo
y el amigo del amigo
y por ti mismo
se acaban los ausentes
y te extravía la memoria
y el ombligo
y te confiesas de pecados y delitos
y de actos malos nunca cometidos
y de otros dolos nunca ejecutados:
maleficio de la duda concedido.
Susana Romano Sued -Argentina-
Compartido por Rolando Revagliatti
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