El tiempo es un interrogante,
brama y corta el viento
cuando pasa por el puerto,
es gavilán y paloma
y un ingenuo charlatán,
tiene cinco estrellas
y huye de un lobo,
de un hombre
y de París.
No mira a los ojos de la gente
no es Tintín
no es Makoki
nadie sabe dónde irá
aunque ayer se fue.
El tiempo es la iza
la rabiza
y la colipoterra
de una esquina cualquiera
del pueblo de Archidona
el del cipote.
Es el olor profundo
del vestíbulo de un cine
en dónde rugía la marabunta,
es una voz a una nariz pegada
que dice que ayer se fue
cogió su velero
y se puso a navegar,
viento en popa
y a toda vela
Y se hace camino al andar
aunque el caminante diga
que no hay camino.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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