Abocelado.
Resaltado,
el efímero EXALTO,
Paradigma de la esencia.
Serpentina,
tahina de gorgas,
Que sienten el embate de las horas,
Como en el sueño de un poeta que sube,
y QUE SUBE,
hasta el inhabitado epíteto
de la ENCARNACION DEL VERBO.
Octante herrumbroso,
que sacrifica a las estrellas... de la mediana noche,
con medidas y cuchillas,
oscuras,
de octaedros DISONANTES.
Hasta ver la sangre que emana de sus puntas.
Como la sulfatosa luz de astros,
en forma de;
Epígrafes normales,
y elefantes con mirada de mujer,
QUE CANTAN AIROSOS.
Preclara canción de pericardios rígidos,
y,
melancolìas,
como el tramonto de una suave brisa.
Abalorios,
Insectìles,
Tascados y zaínos redondeles de palabras,
que dicen más,
de lo que significan.
Amor de canción,
y GUANIO,
CANTARON LOS POETAS,
En un lenguaje sin fonemas,
En un lenguaje sin mentiras.
Amores vituperados de espejos y banderas.
Círculos concéntricos con manos santas,
Que escriben en el humo del ORGÁSMICO verso,
son, AGORA REALIDADES.
Algebras sin medida Y números sin ecuas,
COMO LOS CANTOS;
SUMAN Y RESTAN las palabras,
EN YUXTAPOSICIONES APARENTES sin sentido,
Y FONOMÉTRICAS voces,
Que enamoran…
el oído, de los poetas.
Roberto Rochin
No hay comentarios:
Publicar un comentario