lunes, 25 de noviembre de 2013
DISOCIACIÓN POÉTICA
Brote y rebrote
que me acaricia cada mejilla
cuando aparece con sus espejos
y me disocia todos los tiempos.
Donde se acoplan
uno por uno, fantasmas mudos,
coros de anhelos.
Como una música,
como sonidos de altas esferas
se contonean paso tras paso,
y se introducen
músculo a músculo,
por mis arterias.
Látigo y risas,
cantos, sollozos, por esas puertas
que se entreabren
como una marcha de otros destinos,
hacia otras rutas que no son éstas,
y que conducen a no sé dónde.
Parece a veces que es hacia abajo,
que por abismos camino sola
tras laberintos de ásperas grutas
que están muy lejos y a la vez dentro.
Como gemido del ser desnudo
que se interroga
sobre infinito
¡Como un lamento!
Y otras parece que fuera el mundo,
éste, presente, por el que fluyo,
con recovecos de imperceptibles,
altos ensueños,
que me recorren, que nos recorren
a los humanos, la vida en ristre,
¡Cántaros plenos!
Pero otras veces
por áureo espacio subo, gozosa,
y a Gea percibo,
siempre preñada con los mil brotes
de imperceptibles, ocultos sueños.
Son los esbozos de nuevas metas
del transcurrir y del develar.
¡Brote y rebrote,
péndulo al cielo,
y en el gran Tiempo, todos los tiempos!
Irene Mercedes Aguirre -Argentina-
Publicado en la revista Nevando en la Guinea 34
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