No hay corrección en la palabra hablada,
nace y vuela a la vez, y ya no puede
ser suprimida ni rectificada.
Y así en la que yo escribo; ya dorada,
ya férrea, tal como nació, se quede.
Cada una expresa el singular momento
de su azul, o su negro, nacimiento.
2937
No tienen vida propia mis poemas,
tienen sólo la mía,
cedida o usurpada en el teclado.
Atlas del alma son, de mis esquemas,
que con tinta de gozo, o de agonía,
dejó mi otoño en el papel trazado.
2938
Escribo para mí, para ese amigo
que me acompaña y sabe lo que quiero,
con quien dialogo en muda soledad.
Entiende como nadie cuanto digo,
nunca a mis sentimientos forastero,
mi otro yo, paralela realidad.
2939
Sueño despierto cada día, sueño
lo imposible, lo ambiguo, lo distante.
¿Por qué soñar lo fácil, lo cercano?
Quiero sueños ciclópeos. Lo pequeño
es un punto perdido en el instante,
y yo soy de lo eterno ciudadano.
2940
Los años van tornando incoherente
la forma de pensar, el sentimiento,
la parsimonia y el atrevimiento,
sensato ayer lo que hoy es imprudente,
La insensatez de antaño se ha tornado
en nítida cordura,
la idea absurda en convicción madura,
y el anómalo extraño en invitado.
Réprobos, perseguidos, os auguro
nombre de pionero en el futuro.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-
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