Visitó lupanares, alzó el brazo vigoroso, entonó himnos ardientes, predicó con el ejemplo falaz, trabajó poco o nada y, sinceramente, nos hubiera puesto a casi todos ante el pelotón de fusilamiento sin previo juicio militar. Se hubieran salvado, sobraría el decirlo, los que pensaban como él, muy propio de los dictadores. Galindo, por lo demás, en vida fue un don nadie y un fracasado, aunque los dotes intelectuales le sobraban.
Salvador Alario Bataller -Valencia-
Publicado en la revista Todas las Artes Argentina-
No hay comentarios:
Publicar un comentario