No sólo aspires acostarte con tu mujer, para tener sexo y conseguir que luego duerma.
Procura hacerle el amor de tal manera, que ella te entregue su sudada piel sin restricciones y su agitada alma sin limitaciones. Junto a ese apasionante y dual deseo, ella ya agotada busque el descanso de su cuerpo, pero sueñe que aún la posees.
ERNESTO ESCOBAR MOREIRA -ECUADOR-
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