A mi sobrina María del Carmen con todo mi cariño
¿Sabes, mi niña, algo que
tú tienes, que nadie jamás poseerá?
Unos luceros por ojos que
hablan cuando me sueles mirar
y, esa tez morena que los sabe
adornar como un tapiz de
colores que la luz del día te da.
Filtro de colores es tu cabello,
en tus hombros suelen descansar.
¡Ay mi niña, no sé que siento
cuando me sueles abrazar!
Es tu risa fina y transparente
como el delicado cristal,
y tu voz cadencia celestial.
Tus manos me recuerdan a
alguien que jamás podré olvidar,
ellas me abrazaban cuando
yo buscaba sosiego y paz.
Te quiero mi niña, quiéreme
tú también… a tu manera,
nada más te pediré.
y… si algún día en tu acontecer
necesitas un abrazo, un beso o
un silencio acompañada…
no lo dudes, allí estaré.
Juana Campos Cortés.
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