Es triste que así pasara
que el cariño de los dos
la costumbre lo acabara…
Si ya la rutina cruel
convirtió todo en hastío,
y lo dulce en pura hiel…
Lo más triste ahora ha sido
que al llegar a ser costumbre
pierde la entrega el sentido.
Digo sólo la verdad,
tenemos que separarnos.
Miremos la realidad.
Admitamos ya los dos,
que el amor ya se acabó,
y digámonos adiós.
María Adelina García Corea
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