miércoles, 11 de julio de 2018

UNA ROSA EN EL ALMA


Si me pierdo en el ruido de tu luz,
difuminada entre hogueras de paz,
cánticos de estrellas color azul,
sobre una nube de amores de sal,

si me pierdo navegando miradas,
brillos húmedos y noche perdida
de olvidos y pesadillas mojadas,
por esas tormentas del alma herida,

búscame, versada de mis delirios,
busca en mis adentros, una verdad,
aunque a ello se te suponga martirios
al cuero de tu coraza al gritar,

búscame en el lugar donde una rosa
clavó sus espinas y me hizo sangrar,
sangre de honor y victoria orgullosa,
y un manto de puñales que soportar,

y encuéntrame, ¡encuéntrame!
en las frías redes de una locura
de incomprensible realidad, y ámame,
como el mar a la luna, sin mesura,

ámame en tus entrañas,
y el sudor que mana del corazón,
ama, las miradas de amor y cizañas,
ama en mí, las iras de rebelión,

si me pierdo, entre susurros de una flor,
llámame, pronuncia mi nombre al viento,
los aromas de tus labios son voz
y latidos de un olvido alimento,

si me pierdo, entre fugaces estrellas,
las que la noche protege y cobija
entre las candelas tras sus estelas,
ten mi mano mientras te ruborizas,

y arranca de mi alma, la rosa marchita,
aquella que, clavada en las entrañas,
hace sangrar la herida maldita,
en borbotones de bohemias hazañas,

y bésame, tan sólo,... bésame.

Angel L. Alonso

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