Se funden las penas
con el mar y su arena.
Tu latir se acelera.
Mis brazos te esperan.
Cabalgan mil penas negras
-camino tosco de viejas piedras-
Decreto las horas que yertas quedan.
No me abandones en primavera.
El otoño llega volando
con sus hojas y ramas secas.
Sigo esperando debajo
de la antigua enredadera.
Se funden los metales que
en el aire se afilan y despegan.
Herida de muerte, con el alba,
la luna descolorida… se aleja
Juana Campos Cortés.
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