Camino los asfaltos del infierno
leyendo mis pecados cometidos
escritos en las hojas del cuaderno
que hoy roba mis respiros y latidos.
No obstante sigo y sigo mis andares
buscando como un loco mis sosiegos
me aferro a la bandada de juglares
que vuelven sus disfraces mis espliegos.
Me amarran los diablillos del averno
a tiempos alejados y perdidos
clavando en mi memoria con un cuerno
recuerdos temerarios y encendidos.
Se rompe mi silencio con cantares
de arpías y de brujos andariegos
malditos adictivos de pesares
traidores de memorias y reniegos.
No puedo concebirme cual eterno
filosofo de abismos distendidos
tampoco como estúpido gobierno
represor de mis libros reprimidos.
Pretendo que a la larga mis andares
destruyan la penumbra sin labriegos
y acaben perdonados por los mares
volviendo su escritura nuevos pliegos.
Jerry Méndez -México-
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