Lola.
Persistente memoria;
luminosa presencia
de cuerpo iridiscente.
Emerges transparente
del misterio profundo
del mar de tus silencios.
... Aquel tiempo solar
de un espacio caudal
perfilando futuros.
Gemidos incipientes
de bocas entreabiertas,
profanando los templos
de gozos y más gozos,
ajenos a las sombras...
Ignorábamos tanto.
Lola.
De auroras enraizadas
a las cumbres,
de manos enlazadas
a las olas
de azules madreselvas.
Criaturas de sueños...
Aprendices de todo:
La materia del alma
parecía fundirse
en los cuerpos sin calma.
¡Ignorábamos tanto!
Del fin de los abrazos
feroces de ternura.
De la espada en el tiempo
del firmamento eterno.
Lola.
Declamo entre las noches
de este lecho de versos
la tristeza perenne
de la faz de este mundo.
El estertor profundo
de mi llanto.
Jesús Sahuquillo Amoraga -Valencia-
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