En el pozo sin fondo de la memoria
voy tirando las penas del corazón;
Aullido y griterío, la desazón,
se deshace en silencio, vivo otra historia.
La trampa de los cuerpos y pieles muertas,
el lienzo de los huesos que creen que viven,
por una angosta calle bajan y suben,
sufriendo mil desdichas, no están despiertas.
El vuelo de la luna y su resplandor
atrapa ciertamente en mares de espuma;
incrédulo el misterio teje en tu bruma,
majestuoso acento de resquemor.
Y no sabes que al tiempo la nada es todo,
te escondes en la noche, no quieres ver,
el rey del universo niegas tu ser
y empujas a tu mente dentro del lodo.
Y te mira la luna, resplandeciente,
y un lucero hoy entona la nana al cielo;
se resquebraja, vida, tu franco vuelo,
por cerrar la mirada al omnisapiente.
Carmen Azparren Caballero
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