Quédate frente al balcón de la distancia,
deja que la luna pinte con arte los bordes
de tu silueta, agita con tu sombra los
deseos dormidos, atrápame sin tocarme
con esa mirada que seduce en la lejanía,
juega como gustes llevándome al paraíso
de la ilusión y tráeme despierto a la realidad
de los deseos, sabes que me tienes en tus
manos aún estando lejos.
Quédate frente a mis ojos mordiéndome
con el viento de tus caprichos, arañando
y desnudando con palabras ingenuas
las intensiones, condéname a ser víctima
de tu juego liberando los deseos, aprisionando
en tus labios mis besos, rebeldes libres
en la cárcel de sus propios sueños.
Quédate entre mis brazos sin miedos,
huyamos de la distancia y el tiempo,
contando estrellas llegaremos al sol
de nuestro verso, suspirando escribiremos
poemas con tinta indeleble en la sombra
desnuda, quedará como una huella
permanente en el alma de como se ama
de verdad, ni el tiempo, ni el olvido
podrán borrarlo.
Quédate detrás del balcón de mi memoria,
durmiendo como la sombra hermosa que
deslumbró la imaginación y opacó la realidad,
es cierto, se perdió contra los deseos,
pero se ganó ante los recuerdos, hoy huyó
el silencio y reinó la serenata de nuestros
pensamientos.
Luis Emilio Tigüilá Robles -Guatemala-
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