¡Perdón!... no es como tú... tú llevas un suspiro en tu piel, cuando te miro, cuando te abrazo, y una flor... que se abre hermosa y candorosa, y soy de tus mieles... chupa rosa, servidor... no es como tú, si de eso me doy cuenta, luego, que no es como... tú .
Agustín H. Castañeda.
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