Rebeldía, en cada día sucedido, agazapados en la esquina del tiempo, esperando una razón que es motivo, para apostarle al destino.
No es rebeldía, el silencio profundo,
ni llorar bajo la lluvia sin mojar palabras
que resuenan como grandes voces
desde adentro, el amor herido, languidece en soledad.
Cuando dices de olvidos resignados en claro destino, días de soledad, aunque la sangre sea tibia en el caudal.
El tiempo, grande amigo y consejero, sin prisas, dispuesto a abrazar y quedarse a consolar.
Cuando te escucho claramente entre paredes frías y ventanas abiertas, donde la inercia rasga los motivos y sobrevive huérfano el amor.
No es rebeldía el silencio,
es derecho de sentimientos...
Rebeldía...
Diana Portillo
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