Y es ahí
Donde mi cuerpo atraviesa mil distancias
Donde mi alma puede amarte en silencio...
Entre caricias y placer
Donde el cielo se cubre de estrellas
Alumbrando cada recodo de tu piel
Para que yo te vea
Únicos testigos que a través de los sueños y la distancia
Hacen que tú y yo...
Nos amemos apasionadamente
Testigos de este amor desenfrenado
De este amor loco
Que con la ausencia de tu cuerpo
Vuelva a amarte una y otra vez
Embriagada en un cruce de miradas
Ojos que nunca mienten
Imaginarte desnudo abrazando mi piel dormida
Vistiendo mis sábanas de felicidad
Aunque sólo sea en sueños
Deseos de tocarte otra vez
En una madrugada eterna
Donde nunca te vayas
Tener la fragancia de tu piel
Impregnando cada centímetro de mi ser
María de los Ángeles Ares Lago
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