Pareciera que fue ayer cuando sonreía,
con tus manos pequeñitas entre las mías.
Recuerdo que sonreía, eras, eres mi alegría.
Mis besos volaban detrás de tu pelo
como tirabuzones de vida.
El eco de tu voz, suave melodía,
bordaban mis sueños en la noche sombría.
Los sueños, mis sueños y los tuyos
cadena sólida de vida, amarran
tu vela en mi barca vacía.
Yo te cantaba canciones que inventaba
cada día, con compás y dulce melodía,
suaves notas que tú aprendías.
De mis entrañas nació una rosa
que es fragancia en mis días.
Eres mi luz, mi risa, mis sueños
y pesares, mi temor si tú te alejas, hija mía.
Más, mi esperanza se ensalza al escucharte
decir ¡Cuánto te quiero madre mía!
Es entonces cuando mis sueños,
recuperan tiempo pasado y, el que siempre...
llevo en mi alma escondida.
Juana Campos Cortés
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