La calle, en la pereza del fin de semana, va oscureciéndose. Agotamos los juegos, las burlas, la charla languidece. Estamos a punto de despedirnos, resignados a dejar que llegue el sueño a trazar otra línea del inevitable camino que nos conduce a la muerte. Llega el Indio, a bordo de una bicicleta de segunda mano y parece iluminar la noche, la vida. Resucitan las bromas, los diálogos, nos disponemos a nuevos juegos. Por turnos paseamos en la bicicleta, cuesta arriba y cuesta abajo por la calle de San Celso.
Del libro Bicicleta de
Luis Rico Chávez
Publicado en Ágora 18
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