miércoles, 2 de agosto de 2017

RECUERDOS DE MI NIÑEZ


El sonar de las marimbas
aquellas fiestas de agosto,
en mi Managua querida,
formaba un gran alboroto…
Porque al son de las marimbas
retumbando hasta la tierra,
llevando a Santo Domingo
a lo alto de la sierra,
destellaban muy sonoras
el ritmo de aquellas notas,
bailando toda la gente
sudando ya gruesas gotas.
¡Y la enorme gigantona
nunca yo la he de olvidar,
la gracia con que movía
su enorme cuerpo al bailar!
y un enanito a su lado,
que a veces la acompañaba,
al compás de los tambores
feliz también se meneaba;
mas, de pronto se paraban,
y a quienes los contrataban,
les declamaban sus versos
que a ellos les dedicaban…
¡Eran lindos esos días!
Por eso es que la congoja,
sin poderlo yo evitar,
en mi alma ya se aloja…
¡Qué bonito es recordar!

Del libro Clamor y Calma de Adelina Corea 

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