miércoles, 2 de agosto de 2017

PEREGRINOS DE LA AMISTAD


El viejo peregrino lo llamó aquella tarde. Tenía algo que entregarle. Estaba cansado. Necesitaba el relevo. Aquella noche entregaría las llaves al peregrino de la barba blanca. A él le tocaba seguir con el proyecto. Era necesaria la savia nueva. La última etapa era muy dura. Él sabría llegar al final. Una hora más tarde había citado a la peregrina de las castañuelas para anunciarle que había entregado el mando al peregrino de la barba blanca. No sabía si la decisión le gustaría. Con él siempre se entendió. Esperaba que con su sucesor ocurriera igual. Un buen equipo hacía todo más fácil.
A la hora fijada el Peregrino de la barba blanca llamó a la puerta. El viejo peregrino abrió la puerta y le invitó a entrar. Le ofreció un café. Después le entregó las llaves y le dijo que desde aquel instante él era el director del proyecto. La primera fase la habían realizado juntos. Faltaban las dos últimas y decisivas. Había que realizarlas sin fallo.
El de la barba blanca no sabía si el resto de peregrinos le apoyarían y trabajarían a su lado. Tal vez no aceptasen su dirección. Algunos que habían llegado antes pensarían que a ellos les correspondía el mando. No todos acatarían la decisión del viejo. Habría ruptura. No se acabaría el proyecto. Lo hecho no serviría de nada. Había que apuntalarlo con los demás actos de las otras fases.
Citó a los compañeros: Tigre, Sal, Castañuelas, Nieve, Luna, Estrella, Mensajero. Ninguno faltó. Cuando les contó que él dirigiría el proyecto a partir de este momento alguno no lo entendió. ¿Por qué él? Había sido el último en llegar y ahora era el jefe. Cuatro manifestaron no estar de acuerdo. No le seguirían. Abandonaban el proyecto. Mensajero tenía dudas. Solo Sal y Nieve aceptaron su liderazgo.
Empezarían al día siguiente. Cada uno sabía su cometido. El futuro de mucha gente estaba en juego. El grupo de Peregrinos de la Amistad aunque roto llevaría a término el proyecto asistencial de socorrer al desfavorecido, al solitario. Un proyecto para dar amor y compañía. Un proyecto para estar presente en los hospitales, en las residencias, en los centros de acogida, en las calles.

JOSÉ LUIS RUBIO

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