¿Me preguntas que si te odio?
No, no te odio,
ese sentimiento no lo guarda mi corazón, más bien es una especie de resignación.
Nunca podría anidar ese sentimiento
aquí en mi interior porque es renegar de todo lo que vivimos por tanto amor que nos dimos.
Lo que construimos con tanto amor
el viento de la indiferencia y el desamor consigo lo arrastró
y solo dolor detrás de sí dejó.
Pero, aun así
jamás me arrepentiré de todo lo que yo entregué en su momento,
de todo lo que luché por que hubiera paz y armonía.
Por mi parte cumplí todo lo que prometí
y jamás te fallé
hasta el grado de que tus faltas perdoné
y sin dudarlo mi lealtad te entregué.
A pesar de todo
te bendigo
a pesar de lo sufrido
te agradezco por todo lo vivido
nuestras hijas,
lo más bello que hemos tenido.
¿Para qué recordar lo malo?
Si lo que más resaltan
son los momentos en que fuimos felices
cuando juntos caminábamos de la mano.
Hoy te deseo la mejor de las suertes y ojalá algún día tu corazón
la paz que tanto necesita encuentre
para poder vivir sin tanta prisa.
Y así podamos seguir este bien común
que son nuestras princesas,
para darles herramientas para que sigan su propio camino,
y todos podamos ser felices...
Cada quién con su destino...
SILVIA CARRILLO MARTÍNEZ -MÉXICO-
Publicado en la revista Trinando 14
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