viernes, 4 de agosto de 2017

LA HOGUERA DEL QUISIERA


Fuimos ese beso suspendido en el aire de los sueños, pagamos con ilusiones sin tenerlos, los sentimos tan cerca sin conocerlos, mordimos los labios con letras, y los versos brotaban húmedos oliendo a deseos.
Fuiste un céfiro alborotando la tranquilidad con suavidad casual, caricias pintadas de madurez arrancando la inocencia con su franqueza, musa distante inspirando al poeta con el perfume de una mirada tierna, y labios amenazantes con filo seductor capaces de cortar la cordura.
Fue un abrazo de almas entendiéndose, desnudamos los secretos en la cama de la honestidad, y nos vestíamos con la piel de la comprensión, hacíamos el amor sin saberlo, y sin tocarnos dejamos arañado los recuerdos; vaya dilema, encontrar una rosa con nuestra misma aroma y color, pero en diferente jardín.
Fuimos lo que no fue, porque éramos lo que no podíamos ser; seremos ese recuerdo que existirá porque no pasó, reviviendo en la hoguera del quisiera el mañana que no llegó, porque se quedó abrazando el ayer que no sucedió.

Luis Emilio Tiguila Robles -Guatemala-

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