Anoche cuando te vi.
Sentí que mi corazón se aceleró,
no sabía porqué, hasta que vi de cerca
y pude contemplar, lo hermosa que estabas.
Anoche mi alma se estremeció.
Todos mis sentidos se enloquecieron.
Tu mirada volvió a hechizarme,
tu rostro y tu mirada me hipnotizaron.
Anoche cuando te vi.
Pude notar que ahora eres más hermosa
y supe lo tonto que fui
al permitir que me separaras de ti.
Anoche supe que había sido debí;
me percate que debí haber luchado,
que debí ser más fuerte e insistente
y no dejar que me separaran de ti.
Anoche cuando te vi.
Solo deseaba poder abrazarte,
poder darte un beso, acariciarte
y que supieras que aun te amo.
Anoche deseaba volver a vivir contigo,
cada una de esas noche que juntos pasamos,
en las que nos entregamos con la fuerza del deseo,
y las ganas de amarnos con pasión.
Anoche cuando te vi.
Ya no pude, dejar de pensar en ti,
porque mi alma y mi corazón,
aun te siguen amando, solo a ti.
Edwin Ayala Sánchez
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