Levantado a temprana hora,
desempolvo el frío horizonte,
oteo los escorzos que no sé
si me esperan a salto de mata
en rincones piélagos
o con los puños cerrados,
y comienzo el rastrear
del vacío mundo
y de la inercia de los días.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
No hay comentarios:
Publicar un comentario