Nada queda de la herencia de tus ojos
de lo que he sido, solo quedan los despojos
nada tengo... y por ello, sigo vivo,
erro solitario, entre callejas y perdido...
me fui, porque pensé que mejor estaba solo
sobrevivo solitario... y también arrepentido.
Nunca supe calcular, cuanto te amaba
ni reconocer, que era, lo que yo necesitaba...
hasta el momento en que me hice daño
al compartir con nadie, un vaso solitario,
el recuerdo que custodia mis resacas
y la burla de mis propios desengaños.
Pido perdón... por no haberme perdonado
te pido perdón... por distanciarme de tu lado
por los sentimientos compartidos en el lecho
por los sentimientos escondidos tras un beso
no tengo arreglo, siempre me he engañado
y sigo pagando un amor en el espejo.
Lejos de todo aquello que te ofrezco
porque no se amar, cuando me compadezco
de un corazón modelado con tus manos
para que en el torno pudiéramos fusionarnos
y vender el tiempo...
y robar abrazos...
ahora... no te entretengo
pues tenemos que separarnos.
Luis Maria Saiz Laso
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