¿Cómo empezar un día sin dirigirte algunos versos, algunas palabras que hagan nido, siquiera un momento, entre las ramas de tu cálida alma adónde mi corazón a veces vuela encendido y otras vuela con calma? ¿Cómo no inquietarme por si necesitas mi abrigo o necesitas mis alas? ¿Cómo podré llamarme tu amigo si mi voz no te llama? ¿Cómo no disparar en tu honor al aire unas salvas que impongan a todos la emoción de saber que estás en mi corazón a pesar de que no quiere ser tu jaula?
Moisés Guillermo Morales Herrera
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