La mujer es la savia
la esencia, el poema,
en ella danza el verso
y el mágico fonema,
diosa, eterno fulgor
anís, maná creciente,
luna llena de amor
y sol efervescente,
estrella en el cenit
de la poesía ardiente,
cometa en frenesí
candil sobre la prosa,
mujer y poesía
unidas en la piel,
como miel deliciosa
néctar en el clavel,
son dos eternas rosas
unidas en la voz,
dos zarcillos, un soplo
dos flores, una razón,
mujer y poesía
maná y condimento,
polen y gran capullo
despensa y alimento,
mesa y gran menú
entre letras y versos.
José Vicente Castro Romero -Colombia-
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