Cuando en la vasta selva
retumba el oriundo son
de fino sonido que vuela:
el manguaré está en vibración,
vacío y agitadito
de fibra primera
lejano y resonadito,
de armonizada madera.
Vuela viajero el eco
en ondas oscilantes
desde vacíos troncos resecos
hasta comarcas distantes.
Lleva mensaje de sentimiento,
el tenor de percusión,
palabras que lacera al viento
y llega hasta el corazón.
Al momento se agita
la infinita vida forestal
por la grata noticia
del sonoro tropical.
La historia así lo grafica
al típico instrumento sonante:
estético telégrafo rítmico
autóctono comunicante.
Armando Rebatta Parra -Perú-
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