Negra mariposa
enciendes el encono en la memoria,
penetras en el alma
y rasgas el tiempo cenagoso.
Sometida por las heridas más profundas
(hieden de tan viejas)
devoras lo que queda de ternura.
En ti germina un desasosiego
y flotan en tu mente los reproches
por no haber descubierto entre la hierba
el milagro de la aceituna y el venero.
Ahogas tu titilante vela,
detrás de la cortina aguardas
con tu talega de corroídos huesos.
Del libro Fridamariposa de
MARÍA ELENA SOLÓRZANO -México-
Publicado en Editorial Alebrijes
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