martes, 28 de febrero de 2017

CAMINANTES DE SUEÑOS


(A los cinco guerreros que tienen en sus manos mi corazón entero:
Monze, Xime, Angel, Aranza y Fátima) 

Ellos me dejan caminos hechos a mano,
hilan los momentos
y los vuelven eternos,
y yo no me canso de asomarme
a la ventana,
de trasnochar mis horas de sueño
recogiendo sus andanzas.
Ellos son esa parte recuperada,
que había perdido hace tiempo,
me deletrean la escritura del cielo
y sus interrogaciones
vienen bajo la luz del pijama.
Se retratan en el umbral de las mañanas,
son coro de una canción profunda
que me impregna la algarabía cálida
de toda la primavera.
Vienen como regalos
de alguna deuda a mi favor, a la luz de la luna,
con el sol. Crecen por el patio
con sus cantos,
sus manos son ramilletes
que adornan mi cuello.
Todas las noches hay un encuentro
entre sus ojos y el juego eterno
del universo.
Laberintos andan sin miedos y sueñan
los sueños que los grandes ya no podemos.
Benditas las rutas que los llevan
a cruzar de Este a Oeste los cielos.

Norma Pérez Jiménez -México-

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